Elecciones presidenciales en Colombia 2022: La coalición progresista con serias oportunidades de triunfo (I)

(www.Prensa-Latina.cu – Connecticut – Por José R. Oro *) Las elecciones presidenciales de Colombia se celebrarán el 29 de mayo de 2022, y en ella se elegirá al presidente y vicepresidente del país para el periodo 2022-2026. La fórmula ganadora deberá obtener la mitad más uno del total de votos válidos, de lo contrario se realizará el 19 de junio de 2022 una segunda vuelta entre los dos candidatos con mayor votación. El candidato que obtenga la victoria gobernará por un periodo de cuatro años sin derecho a reelegirse.

Además de la pandemia y la recesión económica relacionada que enfrentan muchos países, Colombia también se enfrenta a problemas relacionados con Venezuela, la migración regional y las rutas del narcotráfico. Con tantos problemas, las campañas políticas para reemplazar al actual (y muy desastroso, con un 83% de rechazo popular) presidente Iván Duque se comenzaron a definir y polarizar desde los primeros días, tal y como se había vaticinado.

La segunda vuelta en junio 19 es bastante probable, y ya las consultas intrapartidistas del 13 de marzo pasado, dejaron bien claro que hay dos coaliciones con reales posibilidades encabezadas por el candidato de izquierda Gustavo Petro y por el derechista Federico Gutiérrez. Las consultas funcionaron como primarias entre candidatos de áreas similares del espectro político.

Tres coaliciones realizaron consultas: una para los candidatos de derecha (Equipo Colombia), una segunda para los de centro derecha y centro (Centro Esperanza) y una tercera para los de centro izquierda e izquierda (Pacto Histórico). Gustavo Petro ganó la consulta del Pacto Histórico con el 80,5 por ciento de los votos de esa coalición y 4,5 millones de sufragios en total. Federico “Fico” Gutiérrez ganó el de la Equipo Colombia con el 54,2 por ciento de los votos y 2,2 millones de sufragios. Sergio Fajardo tomó la nominación de la coalición Centro Esperanza con un magro 33.5 por ciento de los votos y solo 723,000 boletas en total (lo cual muestra cuan dividida están las fuerzas centristas y centro – derechistas.

El campo de 2022 se ha desplazado considerablemente hacia la izquierda desde hace cuatro años. En 2018, hubo solo dos consultas: una para candidatos de izquierda, ganada por Petro, y una segunda para conservadores, ganada por Duque. Este año, el Centro Democrático de Duque no participó en una consulta, pero su candidato, Óscar Iván Zuluaga, se retiró el día después de la votación de marzo para respaldar a Gutiérrez quien es ahora el candidato “endulzado” del uribismo. Además, 4 millones de jóvenes colombianos obtuvieron el derecho al voto desde 2018, un aumento de más del 10 por ciento en las listas de votantes, la mayoría de los cuales prefieren un cambio representado por Gustavo Petro.

Si bien la mayoría de los más de 20 candidatos presidenciales aparecieron en las boletas de consulta en marzo, algunos se postulan independientemente de las coaliciones y no aparecerán en una boleta electoral hasta la primera ronda de votación del 29 de mayo. Se llevará a cabo una segunda vuelta el 19 de junio si ningún candidato obtiene más del 50 por ciento de los votos en la primera vuelta. Los presidentes en Colombia están limitados a un mandato de cuatro años. El subcampeón en la carrera presidencial obtiene un escaño en el Senado, mientras que su compañero de fórmula obtiene un escaño en la Cámara de Representantes.

A continuación, quisiera discutir los factores políticos, sociales y económicos que juegan un papel destacado en las elecciones y donde se encuentran hoy en las proyecciones del voto los candidatos más destacados para las elecciones de mayo/2022 [1]. Los candidatos que se retiraron después de perder una nominación de la coalición se discuten mucho más someramente solo como ellos pueden influir en el triunfo de uno u otro de los candidatos principales.

 

¿Cuáles son los factores que más impactan en las elecciones de Colombia?

La no aplicación práctica y con garantías hasta el momento de los acuerdos con las FARC, la seguridad y el conflicto con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) aún en armas. La violencia extendida al sur del país – incluyendo a la frontera con Ecuador – y a las regiones del Catatumbo y de Los Llanos, fronterizas con Venezuela. Paz versus Conflicto se vuelven a enfrentar este 29 de mayo.

• La situación de Venezuela por décadas ha influido mucho en la opinión pública colombiana, pero esa preocupación en el presente es uno de los puntos centrales de la agenda electoral. El tema más voceado es la migración de venezolanos (una cantidad significativa de ellos de origen colombiano que una generación antes habían ido a Venezuela) hacia Colombia, provocada por la permanente agresión contra el gobierno bolivariano. En 2021, las autoridades colombianas mencionaban a alrededor de 2.8 millones migrantes y se estima que para mediados del 2022 podrían alcanzar los tres millones (que es el 10% de la población total de Venezuela y el 6% de la de Colombia). Estas cifras son exageradas con toda seguridad, para desprestigiar al gobierno del presidente Maduro, pero los números reales, aunque menores, son indudablemente altos, visibles en las calles y preocupantes para los colombianos.

• Los problemas de unidad de la izquierda en América Latina, está visiblemente presente en Colombia (aunque con un diferente matiz que, en otros países de la región, lo que más se discute es la vía armada o la lucha política pacifica) [2].

• El tema del narcotráfico y el paramilitarismo hay estado tanto tiempo en la escena colombiana, que se ha vuelto endémico (como diríamos en estos tiempos de COVID – 19) y para mucha gente es algo, si no normal, al menos cotidiano. Tiene una gran influencia sobre todo en aportes de dinero ilícito para las campañas de los candidatos anti – Petro, para comprar votos, así como intimidación masiva de votantes en áreas rurales.

La excepcional polarización política del país, manifestada por el enfrentamiento del movimiento progresista y de izquierda en Colombia, al “Uribismo”, que aunque ha perdido mucha fuerza, es aún el poder detrás dela confabulación de casi todas las fuerzas de la ultraderecha colombiana, que ha hecho al expresidente Álvaro Uribe Vélez un “gran elector” y a su candidato a la presidencia F. Gutiérrez un candidato más “potable”, que el ultraderechista ya bastante “quemado” Óscar Iván Zuluaga, por supuesto la predilección natural de Uribe, pero que no pasó ni siquiera de las primarias dentro de la coalición derechista.

• . El “Uribismo” posee un impresionante poder económico, mediático, de muchos sectores de la iglesia católica local, del paramilitarismo – narcotráfico y el claro e indudable apoyo de los Estados Unidos.

• Colombia es uno de los países más desiguales del planeta y esto se refleja en movimiento político hacia la izquierda de los votantes con respecto a las elecciones de 2018, una “desviación hacia el rojo” del espectro político nacional.

• La componente regional como se observa en la tabla arriba, es muy grande. G. Petro podría ganar holgadamente en las regiones Caribe y Pacífica, su compañera de fórmula, la afrodescendiente Francia Mestre le añade un tremendo poder en esas regiones, que ya de por si se orientan a favor de un candidato progresista tradicionalmente. La división de los votos en la región Andina resultaría decisiva en el balotaje.

• Que la ultraderecha intente cometer fraude es completamente de esperar. Que lo logre hacer en gran escala es algo diferente. Pero sin dudas alguna van a tratar de intimidar a cientos de miles de votantes en las áreas rurales, usando sobre todo a los paramilitares.

• Si gana G. Petro la presidencia en el balotaje, podemos esperar intentos de desobediencia del escrutinio, en el estilo de D. Trump y sus partidarios, son fascistas de igual manera.

• La mayor parte de los analistas descarta la posibilidad de un golpe de estado militar, si resulta ostensible que G. Petro va a ganar. Pienso que, aunque improbable, una asonada fascista puede ocurrir, o un intento de asesinato de los candidatos G. Petro y F. Mestre.

 

Cualquiera de esos escenarios sumergiría a Colombia en un caos inimaginable, pero ponerle escrúpulos al fascismo es simplemente infantil, sobre todo si algunos de esos generales piensan que sus crímenes podrían ser revelados y castigados durante el gobierno de un presidente exguerrillero.

En la segunda parte de este artículo, presentaremos algo más en detalle a los candidatos que concurrirán al escrutinio del 29 de mayo. Si las derrotas electorales en Honduras y Chile fueron extremadamente desagradables para los fascistas de nuestra época, principalmente en los Estados Unidos y para las oligarquías locales, derrotas en Colombia y/o Brasil serian catastróficas. En esa eventualidad la “oleada progresista de América Latina” del gran pensador A. García Linera adquiriría magnitudes de tsunami.[3]

 

Referencia Bibliografía:

1.- Para quienes deseen comparar la situación actual con las pasadas elecciones presidenciales colombianas del 2018 y otras informaciones de interés más detalladamente, por favor ver:

http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/05/25/elecciones-en-colombia-la-imperiosa-unidad-de-la-izquierda-contra-el-uribismo/

http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/05/28/la-izquierda-de-pie-breve-nota-sobre-elecciones-en-colombia/

http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/06/16/balotaje-en-colombia-se-consolida-el-movimiento-progresista/

http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/08/13/fin-del-mito-de-la-ola-conservadora-en-america-latina/

 

2.- Ver el fundamental artículo del ex – presidente ecuatoriano Rafael Correa sobre el tema:

http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/02/14/el-desafio-estrategico-de-la-izquierda-latinoamericana-atacada-por-la-derecha-y-sus-propios-errores/#.WoRuh7ynHcs

3.- Formidable escrito del colaborador de Evo Morales y ex vicepresidente de Bolivia, A. García Linera

 

http://www.cubadebate.cu/especiales/2017/06/27/fin-de-ciclo-progresista-o-proceso-por-oleadas-revolucionarias/

 

(*) José R. Oro Nació en Cuba en 1952. Geólogo de profesión, es autor de cuatro libros y más de 100 artículos especializados en minería, geología, ingeniería y medio ambiente y muchos otros de temas sociales, política y economía. Habla español, inglés, ruso y portugués. Experiencia en el desarrollo de grandes proyectos mineros y de infraestructura en Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Finlandia, Estados Unidos y Canadá. Vive en Connecticut, Estados Unidos. Casado.

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